Día de Todos los Santos: origen, significado y cómo se celebra en distintas partes del mundo

La Iglesia Católica celebra hoy el día de Todos los Santos, la efeméride recuerda a los canonizados y a quienes solo Dios conoce como santos. La fiesta tiene raíces históricas en el Imperio romano y adopta ritos diversos según la tradición y la región.

El Día de Todos los Santos es una solemnidad cristiana que recuerda a quienes, según la tradición, alcanzaron la santidad y la vida eterna.

Se celebra el 1 de noviembre en la tradición occidental y reúne actos litúrgicos y costumbres locales que varían según el país y la confesión religiosa. La conmemoración pretende honrar tanto a los santos canonizados como a aquellos cuya santidad solo conoce Dios.

Los orígenes de la celebración fueron diversos. En los primeros siglos la Iglesia conmemoraba la muerte de cada mártir en la fecha de su martirio. La práctica de agrupar a los mártires ganó impulso tras persecuciones como la de Diocleciano, y existieron celebraciones tempranas en lugares como Antioquía.

El Panteón de Roma jugó un papel clave: el papa Bonifacio IV convirtió ese templo en iglesia en el año 609 y se vincularon devociones a los mártires y a la Virgen.

La fijación del 1 de noviembre se relacionó con decisiones papales en la Edad Media. Se atribuye al papa Gregorio III la dedicación de una capilla en la basílica vaticana en esa fecha, y el papa Gregorio IV extendió la observancia a toda la Iglesia occidental en 837.

En la tradición oriental la conmemoración no coincide con el 1 de noviembre y, por ejemplo, muchas comunidades ortodoxas la celebran el primer domingo después de Pentecostés.

Ritos y costumbres según regiones

Es habitual que las familias visiten los cementerios para limpiar y decorar las tumbas de sus seres queridos. Las lápidas se adornan con flores, especialmente crisantemos, que simbolizan la muerte y la vida eterna en la cultura italiana.

Encender velas junto a las tumbas es otra tradición significativa, ya que representa la luz de los santos y las almas de los difuntos.

Esto puede confundirse con el Día de los Muertos, sin embargo, la costumbre responde a la premisa de que solo Dios conoce la santidad de las personas, por tanto, cada difunto podría serlo y es meritorio de respeto.

Las celebraciones combinan actos litúrgicos con expresiones culturales. La Iglesia latina exige la participación en la eucaristía como precepto en esa solemnidad, y en distintas tradiciones protestantes, como el metodismo, el día se observa dando gracias por la vida y el testimonio de los santos.

Qué recuerda la fiesta y cuál es su sentido hoy

El término “Todos los Santos” engloba a los santos canonizados y a aquellos cuya santidad solo es conocida por Dios. La conmemoración busca mantener viva la memoria de modelos de vida cristiana y ofrecer un momento comunitario para el recuerdo. La jornada suele abrir una octava litúrgica en algunas prácticas y se vincula con la vigilia como preparación.

La Iglesia católica indicó que la festividad tiene carácter de día de precepto y que los fieles están llamados a participar en la misa salvo impedimento justificado, como enfermedad. De este modo, la jornada conserva un perfil religioso central aunque adopte colores culturales según la región.

El Día de Todos los Santos convive con otras conmemoraciones cercanas, como el Día de los Fieles Difuntos el 2 de noviembre, dedicado a oraciones por las almas en el purgatorio, y con tradiciones no religiosas como Halloween, que procede de celebraciones celtas y antecede a la solemnidad.

Fuente: El Litoral