Cine

Veinte años después, Los Simpson, regresan a pantalla grande

Disney y 20th Century Studios oficializaron la segunda película de Los Simpson, con estreno en cines previsto para el 23 de julio de 2027. El anuncio llegó con un afiche y el lema “Homer’s coming back for seconds”, en el vigésimo aniversario del film original.

La imagen es precisa: la mano amarilla, la dona rosa con pequeños confetis en forma de 2, y un guiño que no necesita traducción para nadie que haya crecido con Springfield. Disney y 20th Century Studios movieron ficha y encendieron la máquina de expectativas para julio de 2027, con estreno exclusivamente en salas.

La franquicia vuelve al formato largo dos décadas más tarde, con la promesa de una “película nueva”, no un episodio extendido.

La primera película (2007) fue la versión épica de la familia: una crisis ambiental que terminó encapsulando a Springfield bajo una cúpula, y a Homero obligado a atravesar su propio vía crucis de redención. Esa decisión de escala —llevar la sátira doméstica a un desastre de pueblo— justificó el salto al cine. El final restauró el orden y dejó abierta la puerta para otra amenaza mayor.

La gracia no estaba solo en la anécdota sino en el tono. EPA como villano burocrático, un presidente “Schwarzenegger” que firma sin leer, religión y familia parodiadas con precisión, y ese equilibrio clásico de los Simpson entre ternura y demolición. Fue Springfield, pero en gran angular.

Por qué ahora: calendario, streaming y una marca inagotable

La secuela ocupa un casillero veraniego de Disney y, según los reportes, reemplaza un título Marvel en la grilla: un movimiento que muestra la fe en el poder de Springfield para convocar generaciones enteras. En paralelo, la serie sigue viva —temporada 37 al aire— y con catálogo profundo en Disney+, lo que sostiene reconocimiento y suma público nuevo.

El anuncio llega con la franquicia en modo “longeva pero móvil”: capaces de ajustar su sátira a una cultura distinta a la de 2007. El showrunner Matt Selman lo repite cada vez que puede: la clave es la originalidad desde los personajes, no la mecánica del gag. En el cine, esa premisa vale doble.

¿Continuidad estricta o elasticidad Springfield?

No hay sinopsis oficial. Pero hay historia de cómo cuentan los Simpson. La serie opera con continuidad elástica: grandes eventos se recuerdan cuando conviene y, al capítulo siguiente, la vida sigue en Evergreen Terrace.

Lo más lógico —y verosímil— es que la secuela arranque en un “estado normalizado” post-cúpula y dispare una amenaza fresca, de escala mayor, que ponga a Homero a elegir entre su ego y su familia. Ese arco nunca falla.

El guiño del póster (“vuelve por segundos”) también deja entrever otra carta: la saga sabe reírse de sí misma. Nadie sería mejor que The Simpsons para parodiar el propio regreso, la nostalgia noventosa y el fenómeno de segundas partes en la era del catálogo infinito. Si hay algo que Springfield entendió antes que todos fue cómo reciclar el mundo en chistes nuevos.

Lo que ya es dato, y lo que falta

Dato: hay fecha, hay afiche, hay confirmación oficial. Falta: trama, equipo creativo cerrado, y un primer adelanto que marque el tono. Con ese material, la vara quedará donde debe: en la historia. La 2007 demostró que podían pensar “en grande” sin perder mordida. Para 2027, el desafío es replicar ese pulso con un mundo más cínico y más hiperconectado que el de hace veinte años.

Fuente: ellitoral

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