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CIENCIA | ¿Por qué gritamos los humanos?

Los gritos se utilizan con frecuencia como señal de alarma, pero los científicos acaban de descubrir que no se limitan solo a ello

Los gritos humanos señalan más que el miedo y son más diversos acústicamente de lo que se pensaba, según un estudio publicado en la revista de acceso abierto ‘PLOS Biology’ por Sascha Frushölz, de la Universidad de Zúrich, en Suiza, y sus colegas. Sorprendentemente, los gritos no alarmantes son percibidos y procesados por el cerebro de forma más eficiente que los gritos alarmantes.

En los primates no humanos y otras especies de mamíferos, los gritos se utilizan con frecuencia como señal de alarma exclusivamente en contextos negativos, como los conflictos sociales o la presencia de depredadores u otras amenazas ambientales.

Se supone que los humanos también utilizan los gritos para señalar el peligro y asustar a los depredadores. Pero las personas no sólo gritan cuando tienen miedo y son agresivos, sino también cuando experimentan otras emociones, como la desesperación y la euforia.

Los estudios anteriores sobre este tema se han centrado en gran medida en los gritos de miedo alarmantes, por lo que no ha quedado claro el significado más amplio de los distintos tipos de gritos. En el nuevo estudio, los investigadores abordaron esta laguna de conocimiento utilizando cuatro experimentos diferentes de psicoacústica, toma de decisiones perceptivas y neuroimagen en humanos.

Se pidió a doce participantes que vocalizaran los gritos positivos y negativos que podrían provocar diversas situaciones. Un grupo diferente de individuos valoró la naturaleza emocional de los gritos, clasificó los gritos en diferentes categorías y se sometió a una resonancia magnética funcional (fMRI) mientras escuchaba los gritos.

Los estudios anteriores sobre este tema se han centrado en gran medida en los gritos de miedo alarmantes, por lo que no ha quedado claro el significado más amplio de los distintos tipos de gritos. En el nuevo estudio, los investigadores abordaron esta laguna de conocimiento utilizando cuatro experimentos diferentes de psicoacústica, toma de decisiones perceptivas y neuroimagen en humanos.

Se pidió a doce participantes que vocalizaran los gritos positivos y negativos que podrían provocar diversas situaciones. Un grupo diferente de individuos valoró la naturaleza emocional de los gritos, clasificó los gritos en diferentes categorías y se sometió a una resonancia magnética funcional (fMRI) mientras escuchaba los gritos.

Fuente: elcomercio.pe

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