Es común ver, en los últimos tiempos, en redes sociales, numerosos casos de argentinos que se van a vivir al exterior. Instagram, Twitter, Facebook son los medios que utilizan para dejar sus mensajes y fotos de despedida, con sus pasajes en mano. Desde hace varios meses se viene informando de una corriente migratoria que iría en aumento, como consecuencia de la profundización de la crisis económica y la falta de perspectivas. No hay registros confiables que confirmen ese hecho ya que quien decide mudarse de la Argentina no tiene obligación de comunicarlo. Sólo se pueden tener aproximaciones a la realidad por distintas formas. Por ejemplo, la baja de los registros en la AFIP, para dejar de tributar impuestos en el país, la oleada de ventas de propiedades en zonas de alto poder adquisitivo, el crecimiento de matriculas de alumnos argentinos en colegios privados en países como Uruguay o el aumento de consultas y trámites en diversas embajadas, son señales que pueden mostrar la existencia de ese fenómeno. Nada es concluyente. Hay otras, menos pretenciosas pero no por eso desechables, que van en el mismo sentido. Por ejemplo, lo que sucede con los traslados de pasajeros a Ezeiza.
“Los argentinos se van con una mezcla de bronca y dolor”, dice Alejandro Velarde, dueño de la empresa “Van al Aeropuerto”, especializada en transporte a la estación aérea. Con un juego de palabras con el nombre de la compañía, la flota está compuesta por vehículos utilitarios de pasajeros (o van), que son los buscados cuando se deben trasladar varias personas con numerosos bultos. Su cuenta de Twitter, en la que cuenta numerosos casos de argentinos que emigran tiene miles de seguidores y en las respuesta y comentarios se puede comprobar que son muchos los que se fueron, lo están planeando o desean hacerlo.
“Nosotros realizamos siete u ocho viajes por día a Ezeiza y uno o dos son de gente o familias que se va a vivir al exterior. Te das cuenta por la cantidad de equipaje que llevan, por lo que se conversa y hasta porque se llevan a sus mascotas” explicó a Ámbito
“El cambio se dio justo antes de la pandemia y en estos últimos meses que abrieron el aeropuerto. Hasta el 2019, lo curios era recibir venezolanos. Ahora, se nota que se están yendo argentinos. Algunos se van con la casa a cuestas por la cantidad de cosas que llevan”, agregó.
Como los taxistas son psicólogos improvisados de sus pasajeros, quienes manejan en los traslados al aeropuerto siguen esa línea y en la charla, en viajes que pueden ser largos, más información pueden recabar. “Hace poco trasladé una familia entera desde Mendoza a Ezeiza. Se iban a Valencia y como el canil del perro era muy grande, prefirieron hacer por tierra el traslado. Me contaba el hombre que habían vendido todo y se iban porque estaban cansados de los problemas del país…”, contó Velarde.
Los destinos son variados. Holanda, Irlanda, Estados Unidos, Israel y, especialmente, España. “Hay muchos jóvenes que se van a vivir afuera, con becas de estudio, o a probar suerte. En el caso de las familias, algunos se van con trabajo pero escuché historias de gente que se iba a suerte y verdad. Casi todos hablan de buscar un futuro mejor o que el país no tiene solución. Se los ve muy estresados…” agregó.
Otro de los datos que rescata Velarde es el perfil de los viajeros: “Muchas familias tipo de clase media, jóvenes padres profesionales y con edades de entre 30 y 45 años”. Aporta otra información significativa: “Me cuentan que se van con pasajes de ida”.
También, mientras ayuda a descargar el numeroso equipaje, Velarde tiene tiempo para presenciar situaciones que se repiten: “Es duro ver a tíos, primos, amigos que rodean a una familia que se va y no saben cuándo se van a poder reencontrar. El llanto de los parientes y abrazos que no quieren terminar es la última imagen que se llevan del país chicos de cinco, seis, siete años…”
Si bien estas postales no sirven para hacer estadísticas ni para generalizar, ya que representan sólo una muestra de la sociedad, suceden todos los días en la Argentina de hoy. Como otras, no tan profundas ni conmovedoras, según relata el dueño de la empresa de traslados: “Los únicos argentinos que se van con poco equipaje y vuelven con valijas llenas, son los que viajan a Miami”.
Fuente: Ambito.com