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Luca le donó su corazón a Felipe: la historia de dos bebés que compartían la misma habitación del hospital

Felipe Palagani tiene solo un año, pero su historia ya ha conmovido a toda la Argentina. Se convirtió en el primer niño en el país —y también en América Latina— en recibir un trasplante de corazón proveniente de una donación en asistolia controlada. Es decir, el órgano provino de un donante fallecido por un paro cardíaco irreversible, una práctica distinta a la habitual, que se basa en la muerte cerebral.

Pero este hecho médico sin precedentes también estuvo atravesado por una coincidencia profundamente emotiva: el corazón que le dio una nueva oportunidad de vida pertenecía a Luca Zarragud, un niño de dos años, oriundo también de Neuquén. Ambos, por un capricho del destino, compartieron la misma habitación en el hospital Italiano de Buenos Aires.

Felipe había sido trasladado desde su provincia debido a una miocardiopatía dilatada severa que le agrandó el corazón a tal punto que ocupaba casi todo su tórax. En cuestión de cinco meses, su situación se volvió crítica: atravesó un accidente cerebrovascular, una parada cardíaca, y tuvo que ser conectado a una máquina ECMO (que sustituye la función del corazón y los pulmones). Más adelante, le colocaron un Berlin Heart como soporte mecánico, a la espera del trasplante.

En la cama contigua, se encontraba Luca. Era apenas unos meses mayor y también neuquino. Estaba internado tras haber recibido un trasplante de hígado, pero una infección por citomegalovirus complicó su recuperación, causando un daño irreversible en sus pulmones.

Durante ese tiempo de internación compartida, las madres de ambos, Paula Navarrete (mamá de Luca) y Pamela Domínguez (mamá de Felipe), construyeron un lazo tejido de emociones profundas: ternura, angustia, y una esperanza silenciosa. Nadie imaginaba lo que estaba por suceder.

Cuando los médicos concluyeron que no quedaban alternativas para Luca, sus padres tomaron una decisión llena de amor: donar sus órganos. En ese momento tan doloroso, el padre del niño apoyó su mano sobre su pecho, escuchó los últimos latidos y comprendió que ese corazón “aún podía seguir latiendo en otro cuerpo”. El de Felipe, su pequeño compañero de cuarto.

Fue entonces cuando la ciencia ofreció una posibilidad sin precedentes: realizar el primer trasplante cardíaco pediátrico en asistolia, autorizado por el Incucai en 2023. El procedimiento exige una coordinación quirúrgica exacta, ya que el tiempo entre la muerte del donante y la extracción del órgano es extremadamente limitado.

La madrugada del 18 de junio comenzó el operativo. Luca fue llevado primero al quirófano. Luego fue el turno de Felipe. La médica a cargo del equipo evaluó el estado del corazón y determinó que era apto. La evolución posterior fue alentadora. A Felipe le retiraron los drenajes, el marcapasos, y su mamá, Pamela, pudo finalmente volver a cargarlo en brazos, algo que no hacía desde hacía meses debido a los tubos, monitores y tratamientos invasivos.

Como muestra de agradecimiento eterno, la familia Palagani decidió incorporar el nombre de Luca al de su hijo, quien ahora se llama Felipe Luca, como un tributo al pequeño donante “cuya vida se detuvo para que otra pudiera continuar”.

Hasta el año pasado, en Argentina las donaciones de órganos solo podían realizarse tras constatar muerte cerebral. La técnica en asistolia —aunque con márgenes de tiempo muy ajustados por el paro cardíaco— permite ampliar las posibilidades de donación, incluso en el ámbito pediátrico.

Fuente: radiofonica.com

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